Normalmente la terapia de pareja se inicia con una evaluación a la que acuden ambos miembros de la pareja. En algunas ocasiones acude uno de los miembros por separado ante la duda de necesitar o no la terapia, por que la situación desborda especialmente a uno de ellos o simplemente porque la comunicación es deficitaria y no se ponen de acuerdo.
El caso que se plantea aquí ha de evaluarse en pareja, llevar a cabo el diagnóstico y conocer cuál es el origen de la falta de apetito sexual. No necesariamente la intervención ha de ir dirigida al miembro de la pareja que sufre esa falta de deseo, ya que puede haber muchos factores que puedan explicarlo y en los que pueda verse implicada la pareja en su conjunto.