Tantas veces dejamos en manos del tiempo, de dios o de la suerte temas importantes de nuestra vida, como veces tenemos la sensación de que las cosas no cambian o resultaron de una forma que no nos gustó. Ni el tiempo, ni dios, ni la suerte suelen variar las cosas que nos importan, menos aún lo relacionado con la ansiedad, la depresión, los problemas de pareja o los hijos. Cuando acudimos a un psicólogo en Zaragoza estamos desafiando las tres variables porque deseamos actuar frente al problema.
Cuando dejamos en manos del tiempo los problemas, sólo podemos cerciorar que todo sigue igual. Ese tiempo que pasa, a veces, agrava los problemas porque la no evolución puede significar una involución del malestar psicológico.
Dejar en manos de dios nuestros problemas da por hecho la existencia de alguien que controla nuestra vida; presente y futuro. Esta premisa respetable va unida a dejar que dios decida por nosotros, nos proteja y ayude, algo igualmente respetable. Es posible que la parte más controvertida se dé cuando dejamos sólo en manos de dios las decisiones y las acciones, omitiendo así nuestra capacidad de acción frente a los problemas. Los psicólogos en Zaragoza, a pesar de la leyenda, podemos ser creyentes, pero quizá no seamos tan pasivos porque creemos en que nuestra conducta nos puede llevar al cambio.
La suerte es puro azar, pero ¡ojo!, podemos tener buena y mala suerte, por tanto, mejor enfrentarse a los problemas para ponerlos de cara y si la “mala suerte” nos toca, que tengamos ya nuestra dosis a favor. Si la “buena suerte” llega, siempre será bienvenida y la sumaremos al trabajo bien hecho. En realidad, pocas veces nos va bien en todo por pura suerte.