Hablamos de trastorno bipolar cuando nos referimos a un trastorno mental grave en el que se alternan episodios de depresión y manía provocando problemas graves en el mundo laboral, a nivel familiar y de pareja y de relación social, reduciendo mucho su calidad de vida.
Existen tres formas de presentación del trastorno:
– Trastorno Bipolar I:
El paciente ha sufrido uno o más episodios maníacos o mixtos y uno o más episodios depresivos.
Afecta por igual a hombres que a mujeres, aunque los hombres suelen debutar con un episodio maníaco y las mujeres con un episodio depresivo.
– Trastorno Bipolar II:
El paciente ha sufrido uno o más episodios depresivos y, al menos, un episodio hipomaníaco.
Afecta más a las mujeres.
– Bipolar Ciclotímico:
Implica al paciente una alteración del estado de ánimo constante con síntomas hipomaníacos y depresivos, pero ni la frecuencia ni la intensidad de esos cambios emocionales son suficientes para cumplir con los requisitos de episodio maníaco, hipomaníaco o depresivo. Para recibir este diagnóstico, el paciente debería sufrir este malestar al menos dos años.
¿Qué es un episodio maníaco?
Se trata de un estado anormalmente alto, de hecho extremadamente eufórico, del estado de ánimo, que al menos debe durar una semana. La autoestima crece hasta la grandiosidad delirante, los pensamientos van muy rápidos, el lenguaje es literalmente un torrente, se involucran un muchas actividades, la necesidad de dormir se reduce o desaparece sintiéndose en plena forma aún sin descansar. No existe consciencia del problema.
¿Qué es un episodio hipomaníaco?
Cualitativamente se parece mucho a un episodio maníaco, pero que se presenta durante al menos cuatro días. Todas las alteraciones son mucho más suaves -incluso podría confundirse con un estado de felicidad- , no existe deterioro práctico (social, familiar, económico) y no hay síntomas psicóticos.
¿Qué es un episodio mixto?
Es un periodo de al menos una semana de duración en el que se mezclan alteraciones maníacas y depresivas. En escasas horas se puede pasar de estar en la cúspide a estar en el más profundo pozo.
¿Qué es un episodio depresivo?
Cualitativamente se parece mucho a una depresión mayor unipolar.
En el curso del trastorno bipolar no tiene por qué haber necesariamente un patrón regular entre los distintos episodios, de hecho, los episodios asintómaticos podrían ser de semanas, meses o años. De especial relevancia serían los llamados «cicladores rápidos» que se caracterizan por sufrir cuatro o más episodios en un año. Suelen ser casos de mal pronóstico y se dan más en mujeres, asociándose con frecuencia a deficiencias tiroideas.
Primera consulta:
Durante el proceso de evaluación es fundamental discriminar entre una depresión mayor y un episodio depresivo dentro de un trastorno bipolar. La clave está en la existencia previa de posible episodios maníacos, hipomaníacos o mixtos. Se ha de diferenciar también entre la bipolaridad y la esquizofrenia dado que un paciente bipolar en pleno episodio maníaco puede manifestar síntomas psicóticos que enmascaren la auténtica naturaleza del problema.
Existe amplio consenso para encuadrar el trastorno bipolar como de etiología orgánica, así mismo se acepta que existan variables disparadoras que hagan debutar al paciente con episodios de manía o depresión.
Cuando recibimos al paciente hemos de construir un histórico centrándonos en los episodios más cercanos, así construimos:
– Gráfico de vida: Es una representación gráfica de los distintos episodios que ha sufrido el paciente.
– Resumen de síntomas: Es una descripción de conductas en los tres canales (cognitivo, emocional y motor).
– Gráfico del estado de ánimo: Es un registro de observación en el que se detalla con números el estado de ánimo del paciente.
Tratamiento:
Los objetivos de la terapia cognitivo-conductual en el trastorno bipolar son amplios. La base orgánica del trastorno nos lleva a fomentar la adherencia a la pauta farmacológica, no obstante, hemos comprobado que podemos ralentizar, incluso bloquear la bioquímica que empieza a alterarse controlando conductas y pensamientos. De ahí la importancia de trabajar a través de distintas técnicas cognitivas el control de los pensamientos y a el nivel de actividad, incluyendo en este caso, la modificación conductual.
Durante la intervención se lleva a cabo la representación gráfica de los distintos episodios, depresivos y maníacos, para que el paciente sea conocedor de la secuencia que repite y cómo variarla para conseguir el control de su trastorno.
Centro de Psicología Extremera Sánchez colabora con ATBAR (Asociación de Afectados por Trastorno Bipolar de Aragón) en la evaluación, tratamiento y seguimiento de pacientes con trastorno bipolar.