¿Qué es?
La ansiedad es el conjunto de reacciones fisiológicas (sudor, taquicardia, temblores…), sentimientos de malestar, miedo y pérdida de control y, en muchas ocasiones, comportamientos de evitación que tienen lugar sin una amenaza externa clara o acontecimientos de peligro real.
Los principales trastornos de ansiedad son:
- Ansiedad por separación: Excesiva e inapropiada ansiedad, por encima de lo esperado para su nivel de desarrollo que aparece cuando el niño se separa de forma real o supuesta de las personas que le cuidan.
- Ansiedad generalizada: Ansiedad excesiva y no realista que aparece ante diversos acontecimientos o estímulos.
- Trastorno de angustia o de pánico: el niño presenta al menos cuatro de las siguientes manifestaciones: Palpitaciones, sacudidas del corazón o taquicardias, sudoración, temblores o sacudidas, sensación de ahogo o falta de aliento, sensación de atragantarse, opresión o malestar del tórax, náuseas o malestar en el abdomen, inestabilidad, mareo o desmayo, escalofríos o sofocaciones.
- Fobia específica: Las fobias consisten en una forma especial de miedo caracterizado por ser desproporcionado respecto a la situación, ser irracional, es decir no se puede explicar, queda fuera del control voluntario y lleva a emitir respuesta de evitación.
- Fobia social: Conducta de evitación excesiva ante personas desconocidas, interfiriendo en la interacción normal con los compañeros.
- Trastorno obsesivo compulsivo: Consiste en la presencia de obsesiones y/o compulsiones que interfieren de forma significativa la vida del niño.
¿Cómo identificar el problema?
Los síntomas más claros en los niños son:
- Excesivo malestar y preocupaciones exageradas y persistentes
- Miedos sin peligros reales
- Pesadillas
- Quejas sobre síntomas físicos (dolores de cabeza, dolores de estómago, náuseas, vómitos)
- Por la ansiedad el niño ve deteriorada su área social, la académica y otras áreas importantes de funcionamiento
- Irascibilidad e ira en el niño
¿Cómo trabajamos el problema?
El tratamiento de ansiedad con niños es muy similar al de los adultos pero cuidando especialmente las técnicas cognitivas, teniendo en consideración el menor desarrollo cognitivo de los niños.
Generalmente las intervenciones cuentan con:
- Fase educativa
- Inducción voluntaria de los síntomas para que el niño conozca cómo responde su cuerpo ante lo que teme.
- Entrenamiento en respiración y/o relajación
- Reestructuración cognitiva
- Exposición a los estímulos externos asociados con los ataques o síntomas de ansiedad y pánico.