– Cuando no le refuerzas sus logros.
– Cuando sólo escucha de ti lo mal que hace las cosas.
– Cuando le dices lo mal que te parece que vaya con esos amigos.
– Cuando le exiges lo que no puede dar.
– Cuando le pegas o le insultas porque le estás diciendo lo poco que vale para ti.
– Cuando no le escuchas porque sientes que no sabe tanto como tú.
– Cuando no le preguntas sino que das por hecho las cosas.
– Cuando te dejas llevar por tus prisas y no lo miras con cariño.
– Cuando no lo besas ni abrazas.
MAR EXTREMERA SÁNCHEZ
Psicóloga