Poco a poco estamos dando pasos hacia el desconfinamiento. Los niños ya están pudiendo salir a dar pequeños paseos y pronto todos podremos hacerlo. Pero es importante prepararnos antes de cruzar la puerta de casa. Este tiempo encerrados ha desarrollado en muchos de nosotros el virus invisible del miedo al enemigo exterior y debemos poder gestionarlo para evitar vaivenes emocionales. Especial atención requieren los menos de edad.
Desconfinamiento en niños:
Para que los niños entendieran por qué era importante permanecer en casa, les hemos creado historias acerca de un virus malo que nos esperaba fuera, así que no será extraño que muchos muestren signos de ansiedad ante la perspectiva de salir a la calle, incluso podrían desarrollar fobias. Lograremos contrarrestar este efecto, contando otra historia, la del virus derrotado por sanitarios y todos los que nos quedamos dentro. Además, en las salidas, procuremos que los menores lleven consigo algún juguete u objeto querido que los haga sentirse más seguros. Conforme pasen los días y ellos vean que regresan a casa sanos y salvos, irán perdiendo el miedo al exterior.
Desconfinamiento en adolescentes:
Aunque a veces pensemos que los adolescentes están ausentes, enfrascados en las pantallas de sus dispositivos, ellos han estado percibiendo situaciones familiares, como pérdidas personales, problemas laborales, discusiones, así como también las noticias de los telediarios… Dos posibles reacciones es posible que se manifiesten:
La rabia: La falta de libertad puede provocar reacciones agresivas culpabilizando a sus allegados de la situación vivida.
La tristeza: La dramáticas noticias pueden desencadenar en ellos sentimientos de impotencia o culpabilidad, reproches por sentir miedo o no haber colaborado activamente para paliar la situación. Estos sentimientos, si se profundizan, pueden conducir a una depresión.
Es importante entonces, poder hablar con ellos, procurar que saquen fuera toda esa amargura, relativizar sus sentimientos negativos e involucrarlos en tareas en las que se sientan de utilidad.
Cuando los adultos se ven sobrepasados y no encuentran cómo ayudar al menor en problemas, cuentan con el apoyo de nuestras psicólogas especializadas en terapia infanto-juvenil, quienes aportan pautas y herramientas trabajando en conjunto con el menor y sus progenitores. Esta colaboración mutua conduce a que el menor supere exitosamente el conflicto y normalice su comportamiento.
Enfrentar una nueva situación siempre es difícil. Si sumamos que la nueva situación está bombardeada por malas noticias, no ayuda a aceptarla. Más pronto que tarde relativizaremos todo lo que nos ha tocado vivir, si para ello necesitamos una pequeña terapia, bienvenida sea!!
Exacto, Adoración. Aunque el artículo de hoy está orientado a menores de edad, vale para todos el intentar poner las cosas en su justa dimensión y no presionarnos, tomarnos nuestro tiempo. Ahora podremos salir a la calle, pero si aún no nos apetece, tampoco estamos obligados. Poco a poco, todo se encauzará, sin prisas ni agobios.