La directora de nuestro Centro, Mar Extremera, nos habla hoy de las rabietas de los niños.
En nuestro Centro de psicólogos Zaragoza los niños de entre 2 y 4 años son atendidos muchas veces por las famosas «rabietas».
¿Qué hacemos los psicólogos infantiles cuando llegan estos casos?
¿Qué hacer para controlarlas cuando se es padre?
Lo más importante es entender que el niño no sabe manejar sus emociones, por eso la rabia se manifiesta a través de un enfado desproporcionado. El niño expresa sin medida lo que siente y normalmente no de manera tranquila. Una vez que esto es entendido por el adulto, éste puede posicionarse de manera eficaz ante el niño. Uno de los errores más frecuentes que se comenten por parte de los padres es alimentar la rabieta del niño, bien porque ellos también se ponen nerviosos o bien porque complacen al niño para acabar cuanto antes con la rabieta.
Aquí tenemos un par de pasos que nos ayudarán en el manejo descontrolado de esas rabietas:
1. Mientras estén llorando (o mostrando la rabieta de cualquier otra forma) decirles que hasta que dejen de llorar no serán atendidos. No repetirlo más de dos veces y no mostrar que nos afecta la rabieta.
2. Cuando dejen de llorar decirles que nos expliquen lo que quieren y responderles con lo que se espera de ellos o lo que deberían hacer.
Si la rabieta persiste, dejar que se expresen y repetir de manera breve la razón por la que tendrían que hacer lo que se les dice.
Nunca encerrarlos como castigo ni hacer uso del castigo físico.
Es muy importante que el niño no perciba que el adulto está alterándose con su rabieta, por el contrario, ha de sentir la firmeza del adulto con un mensaje claro en el que no se den gritos. Cuanto más claro, conciso y firme sea el mensaje del adulto, más seguridad daremos al niño que, en el proceso de su rabieta, siente confusión entre lo que siente, lo que quiere y lo que debe.
Estos indicaciones sencillas parecen difíciles de aplicar cuando se está presenciando la rabieta de un niño. Muchas veces nos comentan que sólo los psicólogos de niños podemos hacernos con ellos cuando esto ocurre. Efectivamente, no es fácil no perder los nervios ante las rabietas repetidas, los padres han de plantearlo como un reto personal y muchas veces, esas pequeñas batallas que ganamos ante nosotros mismos como padres son de gran valor. Para ello es importante anticiparse a esas situaciones o al menos, identificarlas cuando sucedan para que sepamos cómo reaccionar ante el niño sin perder los nervios.
Muy interesante. Es lo que deberían de aprender muchos padres hoy en día, que se dejan manipular por sus hijos desde muy pequeños , y cuando llegan a la adolescencia y ni qué decir a mayores, son ellos, los hijos que gobiernan por completo a los padres.
Muy cierto tu comentario, Lucía. Un saludo cariñoso.