Estos días todo el mundo habla de los rebrotes de Coronovirus en casi todas las regiones de España. A falta de una explicación mejor del por qué, parecen ser los jóvenes el gran chivo expiatorio. Pero, aunque parecen despreciar las normas colectivas y no comprender la gravedad de la situación actual, ¿son ellos los verdaderos responsables?, ¿todo se reduce a jóvenes rebeldes?
Las generaciones anteriores también deberían plantearse qué tipo de valores les han estado transmitiendo. Con el afán de protegerlos, se les ha enseñado a focalizarse en los estudios y a disfrutar de su tiempo libre, pero poco se les ha inculcado sobre el cuidado y la responsabilidad hacia sus los mayores. Estos jóvenes que han sido protegidos de todas las adversidades y cuyos mayores han evitado hacerles cargar con problemas familiares y circunstancias sociales adversas, tienen muy difícil ahora acatar esta situación que les implica someterse a reglas por el bien de la comunidad.
Está en el ADN de la juventud ser rebelde y oponerse a la autoridad. Pero debemos sumarle a esa condición natural, el haber sido educados en el individualismo y la gratificación inmediata. Y no solo es una actitud de los más jóvenes: muchos adultos también sienten desapego por las reglas comunitarias. Pertenecemos a generaciones acostumbradas al bienestar y es la primera vez que vivimos una crisis sanitaria de esta magnitud.
Sin embargo, sería injusto olvidarnos de los jóvenes que han estado poniendo el hombro todo este tiempo, no solo asistiendo a los mayores de sus familias, sino haciendo tareas de voluntariado para personas vulnerables desconocidas. Las psicólogas de nuestro Centro de Psicología en Zaragoza damos pautas a los adultos para saber cómo explicarles a sus hijos el por qué de lo que se les pide sin mensajes confusos e incluso contradictorios y de ese modo, involucrar más a este grupo etario lleno de energía positiva y con tanto para dar. Será mucho más productivo hacer pedagogía que culpabilizar.