Trastornos de eliminación

¿Qué son?

Dentro de los trastornos de la eliminación existen dos tipos, la encopresis y la enuresis.

La encopresis es un trastorno que se caracteriza por la presencia de deposiciones de heces reiteradas, ya sean con apariencia y consistencia normal o anormal, ya sea de forma voluntaria o involuntaria, y que ocurre en sitios o lugares inadecuados (como puede ser en la ropa o en el suelo). Para poder efectuar el diagnóstico, debe ocurrir al menos un episodio al mes y durante un periodo no inferior a tres meses. El niño debe tener una edad cronológica y mental de 4 años. El trastorno no puede ser producido por una enfermedad médica, ni por la ingestión de sustancias como laxantes. Es un trastorno que ocurre generalmente por el día.

La enuresis es un trastorno que consiste en emisiones de orina en sitios inapropiados como en la cama o en la ropa, que pueden ser voluntarios o no intencionadas (generalmente estas emisiones tienen un carácter involuntario). El trastorno ha de ser persistente. Los episodios de incontinencia deben ocurrir al menos dos veces por semana para poder realizar el diagnóstico, durante un periodo de tres meses consecutivos o causar malestar, deterioro social, académico o de las actividades del niño. El niño debe haber cumplido al menos 5 años. No debe ser fruto exclusivo del efecto fisiológico del consumo de una sustancia (como diuréticos) o de una enfermedad médica (como diabetes, infección del tracto urinario, crisis convulsivas, espina bífida, etc.) Se da tanto en el día como en la noche.

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¿Cómo identificar el problema?

Si vuestro hijo presenta señales como estreñimiento, ventosidades, retención de heces con el consiguiente rebosamiento, si se encuentran heces en lugares inadecuados o si encontráis la ropa mojada, tanto de día como por la noche.

 

¿Cómo trabajamos el problema?

En la encopresis el tratamiento más eficaz es el tratamiento multicomponente (conductual y médico) es decir, el entrenamiento en hábitos de defecación y el uso de laxantes o enemas. En este tratamiento se incluyen diversas técnicas conductuales y algún método médico.

En el tratamiento conductual los objetivos son:

  • En primer lugar enseñar al niño a discriminar las señales fisiológicas previas a la defecación
  • Responder lo antes posible a la “llamada del intestino” para lo cual ha de retener las heces hasta encontrar un lugar adecuado
  • Saber quitarse la ropa necesaria
  • Sentarse en el retrete
  • Relajar el esfínter externo para permitir que salgan las heces
  • Limpiarse adecuadamente

A nivel conductual se emplean diferentes técnicas para formar la habilidad y el hábito del patrón de conductas defecatorias (instrucciones, modelado, práctica, feedback de la ejecución y sobre todo reforzamiento positivo)

En la enuresis el tratamiento más probado y con más eficacia es el método de alarma. Añadiendo a sus méritos el bajo coste y la ausencia de efectos secundarios, sobre todo al compararlo con la medicación. El método es más eficaz si se le añade el componente de sobreaprendizaje.

El método de alarma (pipí-stop) consiste en una almohadilla que absorbe la orina activando un circuito eléctrico que pone en funcionamiento una alarma que despierta al niño que ha de apagar manualmente la alarma.

El objetivo de este tratamiento consiste en despertar al niño para que interrumpa de forma inmediata la micción y concluya de orinar en el retrete.

Otra de las técnicas que se usa como entrenamiento en cama seca son además del aparato de alarma, hacer despertares programados escalonados, controlar la ingesta de líquido, hacer entrenamiento en retención, utilizar las consecuencias aversivas tras un episodio enurético, (como sería el entrenamiento en limpieza) y por último las consecuencias positivas, es decir, elogios, alabanzas o premios materiales para premiar de forma positiva las conductas adecuadas como tener la cama seca.